Jaume Plensa es un artista muy reconocido en todo el mundo. O en casi todo el mundo, que tampoco vamos a exagerar. Habla con las formas, con sus cabezas o sus letras, crea energía con luz y lenguaje, con formas de mujeres que somete a la tortura artificial de alargarlas para modificar los espacios que ocupan.
Todas sus obras son bellas. Incluso las que no lo parecen a primera vista. No todas son similares, hay que advertirlo, y así nos podemos dar cuenta de que a veces también son trabajos de jaume Plensa, aunque no lo parezcan.
Son mujeres pero son también seres inmateriales, como espíritus de ellas mismas, como algo que perdurará en el tiempo y que no cambiará de forma a la misma velocidad a como lo harán las mujeres para las que usa de modelos.
Lo material, sus hierros, maderas o metales, son más duros que las miradas de las mujeres, que la propia realidad de sus modelos. Son esculturas que hablan o que nos ordenan, y las observamos sabiendo que tenemos que obedecerlas.