5.3.25

La feria ARCO es un mercadillo de Arte

 La Feria ARCO es un mercadillo, un espacio enorme en donde las Galerías de Arte ofrecen sus productos. Es Arte, pero podrían ser filetes de vaca vieja o alfombras persas. Pero no, es Arte.

Esto hay que tenerlo en cuenta para entender el fondo de la idea. Se trata de vender, de comprar, de invertir, de explorar mercados e ideas, de crecer o hundirse.

Todos los años hay obra reconocida y muy cara, hay obra barata para iniciarse, y hay obra escandalosa para salir en los papeles. Ingredientes de una gran sopa en donde algunos destacan, abren ventanas y caminos, y otros hacen de liebres.

Sobre todo ARCO sirve para conocerse, para ver tendencia, para observar los cambios y ver qué se cae y qué emerge como novedad.

La pintura no ha muerto, o al menos no ha muerto la pared como soporte de Arte, creo que seguimos apostando por mezclas de pequeños tamaños que hacen un gran tamaño, y nadie es capaz de comprar en los mercadillos aquello que ocupa mucho espacio, mucho volumen.

2.3.25

Los brochazos de Goya con mucho detalle


Había hablado entes de los brochazos de Goya en muchas de sus obras, pero en concreto en El Aquelarre, y lo hice en esta entrada hablando de unos niños y en esta otra hablando de la luna. 

De la misma obra, El Aquelarre, pintada en el año 1798, el primer Aquelarre pues luego vendría otro con el mismo título en las Pinturas Negras, muestro unos rostros de personajes de la obra.

Volvemos a ver brochazos sin casi detalle si los vemos de cerca, pero maravillosos si vemos la obra a una distancia suficiente. Es una obra pequeña. 

Esa capacidad de dibujar a trazos gruesos no fue bien entendida por sus familiares pintores y le costó algunos disgustos. 

Pero Goya pintaba pensando en el espectador, en las distancia a las que se iban a ver sus obras.



28.2.25

Diez Reyes nazaríes en España


Los palacios árabes nazaríes en España son de una belleza maravillosa. No solo son enormes estancias bellamente decoradas con repujados geométricos hechos en relieve con escayola, sino también en algunos casos se conservan techos pintados que muestran una forma de vida extraordinaria para los que tenían las posibilidades de moverse por esos palacios.

Este techo es de una estancia real de Granada. No es sencillo añadir nada de comentario. Es la Sala de los Reyes nazaríes muy cerca de Patio de los Leones. 

Es arte español, hecho por españoles. Representa la bóveda a los diez primeros reyes de la dinastía nazarí, salvo los usurpadores Ismail I y Mohamed VI, el Bermejo, de finales del siglo XIV.



Tríptico de los improperios de El Bosco. Personajes


El llamado Tríptico de los improperios de El Bosco o al menos de su taller, que podemos ver en el Museo de Bellas Artes de Valencia es una obra flamenca pintada al óleo sobre madera en donde vemos la detención de Jesucristo, rodeada de una serie de figuras que insultan al detenido mientras lo torturan.

Pintada sobre el año 1520 a 1530, sería una obra que no pudo pintar El Bosco si son ciertas estas fechas, pues había fallecido en 1516, aunque en el cuadro sí aparece la firma de El Bosco. Tal vez fue una obra iniciada por El Bosco.

Es una de las primeras obras pintada al óleo, no al temple, con más detalle sobre todo para mostrar gestos de esas figuras que rodean a Cristo.

Y es aquí en donde me quiero detener. En mostrar no el cuadro u obra en su conjunto, sino en mostrar algunos detalles de sus figuras vestidas con ropas de aquellos siglos XV ó XVI. El Arte nos lleva a esos periodos mostrando la forma de vida de aquellos años en este caso la ciudad de Flandes, donde se pintó la obra.



 

27.2.25

Ángel acompañando a un alma al infierno. De un seguidor de El Bosco


Esta pintura al óleo es de un seguidor de El Bosco pintada a finales del siglo XV, y titulada "Ángel acompañando a un alma al infierno". Como podemos ver, en aquellos años el Infierno era aterrador, pero sobre todo era aterrador el camino, pues los que te metían en el fuego eterno antes te castigaban terriblemente.

Esas torturas eran realizadas por enviados de Dios, por soldados de su Divina Orden, así que sin duda: ¡¡Jodo!! con las bondades de los que decían hacer Justicia. Era una manera en aquellos siglos de hacer propaganda para que las gentes fueran buenas y obedientes.

Hay que tener en cuenta, eso también, que no eran cuerpos humanos, sino almas, así que es posible que no se sufriera tanto para entrar en los infiernos de aquellos siglos. ¿Cómo sufre un alma?

Ahora ya, pues eso, sabemos que el infierno no existe. ¿O sigue existiendo? ¡¡Uff!! Y qué manía tenían con arrastrar a las mujeres de los pelos.



Philippe de Champaigne y La presentación en el templo


Esta obra del pintor belga Philippe de Champaigne titulada: La presentación en el templo, de 257 centímetros de altura y pintada en el año 1648, nos muestra como un anciano llamado Simeón recoge al niño Jesús de las manos de sus padres, llevando un trapo bendecido entre sus manos para no tocar al Niño Jesús, según la tradición y la Ley de Moises para presentar a los niños al Templo.

En aquella ceremonia, el que hacia de sacerdote pronunciaba las palabras del rito elevando al niño. 

"Ahora, Señor, puedes ya dejar ir a tu siervo en paz, según tu palabra; porque han visto mis ojos tu salud, la que has preparado ante la faz de todos los pueblos; luz para iluminación de las gentes, y gloria de tu pueblo, Israel".

Y los padres tenían que llevar dos pichones (los lleva San José en una cesta) que tenían que ser sacrificados en el final de la ceremonia. 



Marcel Dzama y sus respuestas sobre Arte

El artista Marcel Dzama, canadiense pero trabajando en New York, es uno de los artistas internacionales más reputados, al que La Casa Encendida en Madrid, le dedicó en 2017 la muestra más amplia de su obra hasta esa fecha, montada en España, titulada: «Dibujando una revolución»

Marcel Dzama comparte con Duchamp, al que admira, su nombre, pero también su espíritu burlón pese a ser una persona muy tímida. Bebe artísticamente del Surrealismo, del Dadaísmo, de El Bosco y de Goya… y eso se nota en su obra, en sus reconocidos dibujos, o en sus actuales dioramas, y en sus esculturas y películas. 

La Casa Encendida plantea su revolución, su trayectoria de los últimos cinco año,s en los que los contenidos cobran un importante ímpetu político. Veamos algunas respuestas a una entrevista suya, que podemos leer completa aquí.

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–Confiesa que detesta la violencia. ¿Se puede hacer una revolución sin violencia?
–Siempre va a haber incidentes. Prefiero las revoluciones pacíficas. Normalmente, cuando se vuelven violentas, las cosas se vuelven grises. La intención de la revolución puede hundirse por eso.

–¿A qué responde su necesidad de mezclar fantasía y realidad en sus obras?
–Trump, en sí mismo, es una especie de retrato entre la realidad y la ficción. Es como un dibujo animado andante. Algo obvio de lo que reírse. No creo que sea un ser humano sustancial. Es como si nos siguiese y dijese: «Ahora les gusto», una distracción. Casi puro narcisismo, lo que hace que sea un personaje de dibujos animados perfecto. Pero volviendo a la pregunta: Me influyó mucho el Surrealismo, el Dadaísmo. La idea de disfraz, que normalmente representa algo en el dibujo.

–Le voy a preguntar ahora sobre la relación entre texto e imagen en las obras. En español se dice que una imagen vale más que mil palabras. ¿Por qué las suyas precisan de pie de foto integrado?
–En primer lugar, es para dar una orientación sobre el contenido de los dibujos, para no abrirlos a una interpretación general. Escribo algo sobre el marco como «Los tiempos difíciles eran…». Escribo mala poesía y, a veces, la escondo como parte del dibujo, casi como una mirada estética. La mayoría de las veces es algo que versa sobre el dibujo. No estoy muy seguro sobre ese texto que quiero mostrar y lo tapo con un dibujo.

–¿Hay entonces un Marcel Dzama escritor que funciona de manera diferente cuando no hay dibujos de por medio?
–Hago mala poesía. Nunca seré un poeta, pero me gusta escribir poesía. También escribo canciones. Hace unos años formé parte de una banda de música. Terminé volcando mi poesía en sus canciones.

–Goya, El Bosco, Duchamp… ¿Cómo se mira con ojos del siglo XXI a los maestros del pasado?
–Siempre hay lecciones que aprender del pasado, por eso nos repetimos. Vuelvo a Goya. Sus obras son normalmente sobre desvalidos o sobre personas olvidadas, el lado oscuro de las historias. En esas estamos hoy también.

Berganza y Cañizares o La Cocina de las Brujas, de Goya


De esta obra de Francisco de Goya que es conocida por dos nombres bien distintos, no tengo una copia a color que poder mostrar. Se cree que es de un particular que vive en México (hay dudas) y no hay copias en color de esta importante obra de Goya. Esta obra perteneció a la Colección del empresario Alberto Pani.

Se la conoce a este pequeño cuadro hecho por encargo de los Duques de Osuna con el nombre de: "La cocina de las Brujas" y por el nombre de "Berganza y Cañizares". El nombre popular es el primero, pero en realidad estamos viendo un episodio de una de las Novelas ejemplares de Cervantes.

Berganza y Cañizares, representan a dos personajes de dos de las Novelas Ejemplares de Miguel de Cervantes. El casamiento engañoso y El coloquio de los perros. Este cuadro de Goya se basa en uno de los episodios de brujería más famosos de la literatura española, escrito por Cervantes y personalizado por Goya.

Vemos al perro Berganza y la bruja Cañizares, que le intenta explicar al perro cómo invocar demonios y preparar pócimas mágicas que otorgan el poder de volar. En el centro de la composición se ve a la bruja, con una pierna arrodillada en el suelo y la otra, que se asemeja más a la de una cabra, en ángulo recto. 

El perro Berganza, de pie y con la pierna izquierda y el brazo derecho de un ser humano, observa cómo un macho cabrío se aleja volando en una escoba por la chimenea de la cocina, el lugar donde se solían realizar los ritos mágicos. 

El mensaje que tanto Cervantes en su escrito como Goya en esta obre pequeña y a color, desearon transmitir con esta escena, es que la imaginación de una persona es capaz de alterar su percepción de la realidad.

Niños pintados por Goya en el cuadro El Aquelarre


Hablaba en otra entrada de los brochazos de Goya para pintar la Luna. Seguimos en la obra Aquelarre de Francisco de Goya pintado en el año 1798, y ahora vamos a ver de qué manera pintó unos niños ahorcados en un palo. 

La fuerza del brochazo simple y directo, otra vez en una obra muy dura de demonios, de brujas y brujos, de magia y superstición, de un Goya que en ese tiempos estaba trabajando en Los Caprichos.

Hay que entender que lo que vemos en la imagen lo observamos a un tamaño superior al real en el cuadro, pues cada niño pintado aquí no medirá ni dos centímetros de altura.

26.2.25

Goya y sus brochazos para pintar la luna



De la obra de Goya: El Aquelarre, pintada en el año 1798, es una de las pinturas de la casa de los Duques de Osuna que tenían en la Alameda de Osuna y de tamaño pequeño pues no superaba un A3, vamos a ver un detalle de la luna que en realidad mide unos tres centímetros de diámetro. 

Mucho más pequeño del tamaño que vemos aquí si podemos ver el detalle en una pantalla de ordenador. Simplemente busco mostrar los brochazos, cómo con muy poco trazo crea esa sensación de luna en cuarto creciente.

En el otro detalle de la misma obra vemos algunos de los murciélagos que Goya pintó en el cielo de esta obra que representa al demonio.

Esta obra está actualmente en el Museo Lázaro Galdeano de Madrid.



24.2.25

Diferentes maneras de ver el Arte Religioso

Ecce Homo de Borja, antes y después de la "restauración"

El arte religioso ha sido una constante en nuestra historia cristiana de los últimos 15 siglos. No solo en España, pero con diversas maneras y constantes en todos los países latinos, las que venimos del latín.

Según el Evangelio, “Ecce Homo” —“He aquí el Hombre” o “Este es el Hombre”— son las palabras que Poncio Pilatos dirigió a la multitud que estaba en la calle esperando su sentencia y presentando a Jesús de Nazaret, con la corona de espinas y ya muy deteriorado físicamente, tras haber sufrido varias torturas y malos tratos, poco antes de ser juzgado y condenado a la crucifixión. 

De esa frase y coloquialmente, ir o estar hecho un “Ecce homo” es sinónimo de estar mal físicamente, herido o magullado.

En agosto de 2012 saltó una sorpresa a nivel mundial que es mucho, y Borja en Zaragoza nos dio la sorpresa al sacar a la luz pública un desgraciado incidente. 

Una obra menor de Elías García Martínez que representaba en un lateral de la iglesia del Santuario de la Misericordia de Borja un “Ecce Homo”, en un bello complejo arquitectónico situado en un paraje espectacular en la muela de Borja, era destrozado por una señora octogenaria sin conocimiento reglado suficiente de arte, ni mucho menos de restauración.

Curiosamente la propiedad permitió y avaló el trabajo atentado al patrimonio histórico-artístico, y nadie le ha pedido responsabilidades por el atropello al patrimonio y la conculcación de la normativa que impone a la propiedad el deber de protección de estos bienes.

Lejos de avergonzarnos como sociedad por la incultura e impericia permitida, el grotesco resultado en que ha quedado la pintura es motivo de orgullo en Borja y se promociona como atractivo de una bella ciudad que atesora un rico patrimonio conventual, religioso, urbanístico y palaciego por su rico pasado más que bimilenario en un entorno natural privilegiado en un punto de encuentro de las estribaciones de las sierras ibéricas y el Valle del Ebro.

Puede ser Arte Contemporáneo, y tal vez figurar incluso en el Museo Reina Sofía, pero dentro de un Monasterio como una obra religiosa… no encaja.


Cascarullas o cascarillas aragonesas que no llegan a tapar

Cascarullas me dijeron de niño que se llamaban. Luego entendí que existían las cascarillas, pero tampoco eso era exactamente eso. Las cascarillas no son lo mismo que las cascarullas, o no se utilizan siempre para lo mismo.

Las cascarullas pareces ser lo mismo, pero en aragonés de la Ribera, son porciones de “algo” o láminas de metales con los que se recubre alguna cosa. No son solo las pieles de los frutos secos.

Efectivamente con aquella cascarulla gris azulada era imposible cubrir el boquete, pero me gustó la cercanía de lo viejo y podrido y su posible solución. 

Volverse podrido siempre es una hostia. Lo podrido se cae al suelo.

20.2.25

René Magritte y su deseo de que se empezara a pensar en las violencias que venían a Europa


De alguna manera el Arte siempre detecta movimientos sociales antes de que estos se produzcan, puede parecer lógico si atendemos a que los artistas son personas muy formadas en la mayoría de los casos, y están muy atentos a lo que sucede a su alrededor.

En los años 30 tendríamos el ejemplo más lógico y real de aquellos presentimientos de guerra y violencias. En enero de 1938 la Galería Beaux-Arts presenta una retrospectiva del Arte Surrealista en París con los más reconocidos artistas de aquellos años anteriores.

Son 314 obras de 63 artistas distintos, todos surrealistas, de 16 países y con 170 documentos sobre las mesas de exposición explicando qué era el movimiento Surrealista y por qué surgía.

Toda aquella exposición era una puesta en escena teatral, con puertas giratorias que obligaban a moverse con linternas si los espectadores querían leer los documentos, y con 1.200 sacos de carbón por los techos que acompañaban a maniquíes y a gritos desesperados que se ponían en el ambiente de las salas.

Era una demostración de los peligros del momento. Un grito de los artistas del momentos, que advertían de lo que ellos estaban intuyendo. España ya estaba en guerra, había entrada claramente una fuerza nueva, un Eje de fascistas alemanes, italianos y españoles dentro de una Europa que parecía querer mirar a la nada.

De aquella exposición es esta obra que os dejo arriba de René Magritte. Estaba hecha unos años antes, en 1927 y la tituló "La sombra terrestre" o "L'ombre terrestre". Simplemente buscaba Magritte que las personas de aquellos años se hicieran más sensibles a la realidad que ya se anunciaba, y que empezaran a pensar que se tenía que cambiar si se quería evitar los desastres. 

19.2.25

Julio González y su escultura Pequeña máscara barroca


Es una pequeña máscara barroca (así la llamó) del escultor catalán Julio González Pellicer, realizada entre los años 1927 y 1927 en hierro cortado y soldado. Escultura cubista de algo menos de 13 centímetros de altura con claras influencias artísticas de su amigo Picasso.

16.2.25

Yayoi Kusama y su particular mundo


De alguien que es capaz de imaginarse un mundo así, podemos esperar en el Arte cualquier intervención. Es el caso de la artista japonesa Yayoi Kusama, a la que hemos visto crear obras planas, esculturas, instalaciones o performance con suma facilidad.

Sus obras, dentro de un particular expresionismo abstracto y Arte Pop muy actual se mueve entre esos mundo oníricos del surrealismo abstracto que impregnas toda su carrera buscando un Arte Visual que sea además de personal, único y con mucha personalidad.

Con serios problemas de salud vive internada en un hospital desde donde ya muy mayor se dedica a escribir poesía y novela surrealista. 

15.2.25

Libro de Horas de Isabelle Marguerite de Willerval


Los llamados Libros de Horas eran libros religiosos que se hacían por encargo y de forma artesanal, escritos y dibujados a mano, para las grandes familias poderosas de la Edad Media. En España y en la Europa católica fue algo muy habitual, sobre todo entre las mujeres de la Corte o de familias con poder territorial y económico, y los utilizaban para rezar como si fuera una Biblia personalizada.

Este dibujo, esta ilustración es del Libro de Horas pintada por el maestro escritor de y para Isabelle Marguerite de Willerval, nacida en el año 1380.

Este Libro de Horas ricamente iluminado con 13 miniaturas grandes, nos muestra una mirada de la devoción femenina en la Francia del siglo XV, combinando el esplendor de las Cortes europeas con la contemplación tranquila. 

Creada por el prolífico Maestro de Marguerite de Willerval, esta copia ricamente iluminada ejemplifica el estilo característico de la producción de manuscritos bretones del siglo XV. 

El Maestro anónimo tenía su sede en Rennes, en el ducado de Bretaña, y a veces se repetía escenas religiosas con diferentes variables, lo que permite saber desde qué talleres se hacían los Libros de Horas.

Puerta en bronce de la Catedral de la Almudena en Madrid


El 15 de junio de 2018, antes de comenzar la Misa de Acción de Gracias por el 25 aniversario de la dedicación de la catedral, el cardenal Carlos Osoro, arzobispo de Madrid, abrió la puerta central de la catedral de la Almudena de Madrid situada frente a la fachada de Palacio Real. No es esta que vemos arriba, que es un lateral.

Son tres puertas monumentales de bronce realizadas por Luis Sanguino en el año 2000 en conmemoración de un Año Jubilar que también fue muy significativo para la catedral de Santa María la Real de la Almudena.

Recuerda esta puerta que vemos arriba el día de la inauguración de la Catedral por el Papa Juan Pablo II, el 15 de junio de 1993, con imágenes de los Reyes de entonces, de doña María de la Mercedes, madre del Rey Juan Carlos I, y el 
entonces arzobispo de Madrid, Ángel Suquía.

Es Arte, no hay duda, es Arte Urbano, tampoco hay duda pues están en la calle, son tremendamente majestuosas e impactantes pues sus relieves son muy profundos y además intentan contarnos algo de la historia de la propia catedral y de España.

La Nevada. El Invierno de Goya


La obra La Nevada o también llamada El Invierno, de Francisco de Goya nos relata una escena típica invernal, con fuerte viendo, que aunque vestidos con ropas castellanas, pues iban a ser colgados en el comedor de los Príncipes de Asturias de aquellos años, el que luego fue Carlos IV, parece un paisaje del norte de Aragón.

Era un total de trece tapices pues este era un cartón para luego realizar el tapiz, y la temática iba a ser las Cuatro Estaciones. Pintado al óleo sobre lienzo en 1796, nunca llegaron a colgarse como tapices por la muerte del Rey Carlos III que era quien los encargó. Su tamaño era muy grande, casi tres metros de anchura.

Vemos tres animales acompañando a cinco hombres tapados por el frío y el viento. Un enorme cerdo, el burro y el perro parado y observando la escena.

Algunos estudios sugieren que en la obra hay un autorretrato de Goya, que sería el rostro de la izquierda de los tres hombres que se tapan con mantas blancas.



14.2.25

¿Qué es el Arte? ¿Qué separa el Arte de la Vida?


El catalán Antoni Muntadas llegó al Museo Reina Sofía a finales del año 2011 con una exposición que recorre su dilatada carrera, titulada 'Entre/Between', uno de los pioneros del arte conceptual y de medios. 

Una muestra que no pretendía ser una retrospectiva al uso ya que "el proceso es más importante en su obra que el resultado".

Fueron mostradas cuatro décadas de trayectoria en las que Antoni Muntadas había utilizado la performance, el video, la fotografía, las instalaciones multimedia, publicaciones, internet o el arte público para tratar asuntos clave de nuestro tiempo.

Según explicó Daina Augaitis, comisaria de la exposición, destacó los cuatros aspectos fundamentales en la obra de Muntadas: las estructuras visibles e invisibles de poder, el espectáculo de los medios de comunicación, la naturaleza del hiper consumo y el impacto de las nuevas tecnologías.

Desde 1971 Muntadas vive en New York complementando su labor creativa con las clases como profesor, hasta su jubilación. En esta fotografía vemos un guiño a esas propuestas clásicas de profesor de Arte. ¿Qué es el Arte? ¿Qué separa el Arte de la Vida?

Goya y San Gregorio Magno


Francisco de Goya
en su periodo de creación de obras religiosas hizo algunos cuadros muy interesantes desde el unto de vista artístico. Por encargo de no se sabe bien de quien, hizo una serie de cuatro Papas y el que vemos es San Gregorio Magno.

Esta pintura hecha entre 1796 y 1799 y de casi dos metros de altura al óleo sobre lienzo y pertenece al Museo del Romanticismo de Madrid.

Vemos al Papa vestido con sus ropas de gala, con tiara y capa pontificia, con un rostro claramente muy expresivo y pintado a brochazos muy libres, como hacía todas las obras que se iban a ver a cierta distancia y en lo alto en relación al espectador.

Pintado posiblemente en Sevilla tiene una cierta influencia del artista Murillo y como comentaba antes formó un grupo que lo complementaban los Papas: San Ambrosio, San Agustín y San Jerónimo. Es un tipo de obra muy similar al que podemos ver en San Antonio de la Florida.

Vemos a San Gregorio Magno escribiendo pues fue un Papa que dejó muchos tratados religiosos y de meditación.

13.2.25

La importancia de las sombras en la escultura


Esta es una cuestión muy sencilla de preguntar y muy complicada de responder. Lo sé de entrada aunque parezca obvia la respuesta.

En una escultura… ¿qué es más importante la figura o la sombra?

Todos diríamos que la figura, la propia escultura, lo que realmente hace el artista levantando una idea en relieve. Pero todas esas respuestas también acompañan a la sombra.

Las esculturas necesitan una buena iluminación, y según como sea esa, veremos una cosa u otra. Me da igual pensar en esculturas leves y sencillas como el ejemplo que os pongo que si hablo de la cabeza de Machado hecha por Pablo Serrano.

En todos los casos las esculturas viven de sus sombras. Las que se proyectan en el suelo o la base, y als que proyectan dentro de sus propios detalles escultóricos. 

Y eso me lleva a la segunda duda. También ya resuelta. Una escultura al aire libre, una escultura urbana, va cambiando de punto de vista según va cambiando la luz, el sol y sus sombras. No se ve igual un día nublado que a diferentes horas del día con sol.

Volvemos a entender que la luz es fundamental para disfrutar de la escultura. Incluso el tipo de luz, el color o la temperatura de esa luz, para poder configurar los relieves y las sombras.

Somos muy pocas las personas activas en España


Comentaba sabiamente el periodista Iñaki Gabilondo en su último libro que en España hay un millón de personas que mueven hilos, leen o van al cine, compran revistas o acuden al teatro, se apuntan a una ONG o son activamente críticos. 


Un millón de activos, nos guste o no, nos parezcan muchos o sean realmente pocos. De 49 millones que somos, solo uno deja fuera a 48 millones.

Un millón y no hay más, los que pueden leer esto, los que escriben, los que van de restaurantes o exposiciones, los que se quejan o ayudan, los que viven. 

El resto sobrevive a duras penas y conlleva la mochila encima sin más solicitud que ir pasando. Es bueno saber el número, que es el que realmente mueve a España hacia un lado o hacia otro. 

En Zaragoza nos tocan 20.000 personas.

Es simplificar esto a límites crudos, pero es lo que hay y es bueno saberlo. Somos 20.000 en mi ciudad, un millón en España, tú y yo entre ellos, que vivimos, que no nos conformamos con sobrevivir solo. 

Que siempre estamos insistiendo en que tenemos que ser más, que hay que hacer más actividades, que hay que…, pero si solo somos un millón.

La inmensa mayoría de la gente no puede engancharse ya a esta vida de ¿lujo? que tenemos tú y yo, a esta posibilidad de disfrutar de todo lo que nos rodea, de conocer las modernidades que ellos escuchan, de participar y de modificar, de interactuar y saber ver. 

Sí, es un lujo poder diferenciar un buen libro de un panfleto, de lograr un movimiento interior mientras vemos Arte o escuchamos una música, de saber disfrutar de una conferencia o de una tarde aprendiendo algo nuevo. 

A mi me parecen pocos, pero si lo pienso más de cerca, si me bajo a la calle y me pongo a contar, me salen incluso menos, yo debo moverme en círculos flojos, sí. 

De momento agradezco al que se ha puesto a contarnos en que me haya incluido, el que te haya incluido a ti. Pero somos pocos.

El asesino de su patrimonio. Posiblemente las últimas esculturas



Adrián Villar Rojas, un artista visual argentino explicaba esta obra con una contundente frase. "Yo quería imaginar en ella el trabajo realizado por los últimos seres humanos que hacen arte, antes de la extinción de la raza humana".

Este montaje de nombre “El asesino de su patrimonio” realizado en barro sobre armazón de cemento y madera, muestra un grupo de gigantes que representarían la última expresión artística en un mundo sin seres humanos. 

Sobre un espacio de unos 25 metros cuadrados y empleando la altura de las esculturas y la iluminación para darle más relieve, nos hace entrar en un mundo final, acabado, fantasmagórico, en lo que podrían ser las últimas esculturas sobre la Tierra.

11.2.25

Marcelino Unceta y su obra El suspiro del moro


La obra del artista zaragozano Marcelino Unceta pintada en el año 1885 y titulada “El suspiro del moro” representa la marcha de Boabdil, último rey de Granada, hacia el destierro junto a su séquito. Se trata de un tema representado en diversas ocasiones en el siglo XIX.

Marcelino Unceta pintó este tema histórico aplicando toda su habilidad y experiencia al dibujo y al claroscuro, para crear un acabado altamente teatral.

Marcelino de Unceta presentó esta obra en la Exposición Regional Aragonesa entre 1885 y 1886 y que se celebró en Zaragoza.

Aparición de Jesucristo a sus discípulos en el lago Tiberíades de Manuel Bayeu


Esta obra titulada "Aparición de Jesucristo a sus discípulos en el lago Tiberíades" pintada en el año 1791 es del artista aragonés Fray Manuel Bayeu Subías, y es un boceto para una de las pinturas laterales del presbiterio de la catedral de San Pedro de Jaca en Huesca.

Manuel Bayeu y Subías fue un monje cartujo, hermano de Francisco y Ramón Bayeu, también pintores aragoneses, que estuvo viviendo y recluido en las cartujas de Nuestra Señora de las Fuentes (Cartuja de Monegros) y en la cartuja de Valldemosa.

Para la cartuja de Nuestra Señora de Las Fuentes hizo más de 250 obras al fresco, al temple y al óleo, con un total de más de 2.000 metros cuadrados de pintura, de la que por desgracia no se conserva todo, pero sí gran parte de lo pintado en sus muros.

Falleció en el año 1809, posiblemente en Zaragoza pero no hay datos suficientes, aunque sospechas de que muriera luchando o por enfermedad en el Segundo Sitio a Zaragoza. Tenía en ese momento 69 años de edad.

10.2.25

Picasso retrata a Europa encerrada, en el cuerpo de una mujer


Pablo Picasso creó esta obra titulada "Mujer peinándose" en el año 1940, en en junio de ese año, previo a la ocupación alemana de toda Francia, al poco de tener que huir de París mientras los nazis avanzaban por toda Europa. El Arte en este caso, hizo el cometido surrealista re representar el encerramiento de la sociedad.

Picasso representó a una mujer dentro de una habitación en forma de caja un poco más grande que su cuerpo; su enorme figura está torpemente comprimida y su cuerpo casi contorsionado intenta encajar en esa que parece "su" caja o su nuevo hogar.

La mujer está aseándose, cuidando su peinado, en un poderoso gesto grotesco y de adaptación a sus nuevos tiempos encerrada. Y de esa forma Picasso expresó la ansiedad y el encierro que acompañó a este período oscuro de la historia de Europa.

9.2.25

Goya y sus hombres del saco


La fiesta es a veces… esconderse dentro de un saco. 

Así nos quieren. Bien sujetos.

Metidos dentro de lugares en donde no podemos mover las manos. 

Pero aun así… 

…podemos seguir pensando. 




Si queremos.

Goya sabía que el Coco no existe, que somos los humanos


Francisco de Goya critica en sus dibujos y grabados el abuso de poder y la injusticia social, mostrando figuras de autoridad como tiranos y opresores. Aborda temas relacionados con la sexualidad de forma abierta y sin tabúes, desafiando las convenciones sociales de su época, mostrándonos a veces a prostitutas, homosexuales de ambos sexos y cuerpos desnudos. 

Goya nos ofrece una mirada sincera, a veces cruel y desenmascarada de la sociedad española de su tiempo. Los temas abordados por Goya son universales y trascienden las barreras del tiempo y el espacio, por eso sigue siendo su obra tan natural, tan presente.




El Coco no existe. Pero de existir podría ser también mujer. En ves de inculcar a los niños el respeto, a veces se les inculca el miedo a algo que no existe, como este Coco al que nunca le vemos la cara, pues no tiene cara.

7.2.25

El sueño de San José, obra atribuida a Goya, del oratorio de los Condes de Sobradiel


Esta obra titulada "El sueño de San José" es muy posiblemente de Francisco de Goya, pintada sobre 1771 al óleo sobre muro y que luego fue trasladado a un lienzo, pues se hizo por encargo del Conde de Sobradiel Joaquín Cayetano Cavero para decorar su sala de Oratorio de su Palacio de Zaragoza, el que hoy es Colegio Notarial.

Tengo un cariño algo especial por esta obra y a sus otras seis que decoraban esa sala de su palacio, pues en el mismo trabajó de cocinera mi abuela materna y estoy seguro que la vio en su original colocación. 

Se cuenta que sobre 1921 a 1926 las pinturas se arrancaron de su sala de Oratorio, mi abuela tendría por entonces más de 30 años y ya trabajaba para los Condes, y estas obras se vendieron al arrancarlas, pasando por muy diversas manos, y esta que parece ser era la que peor se encontraba se quedó en el Museo de Zaragoza.

Las pinturas estaban colocadas en aquel oratorio privado de planta poligonal irregular hoy cambiado de forma de la siguiente manera. 

Las cuatro obras más pequeñas estarían en el frente, dos a cada lado de una hornacina donde hubo una imagen de bulto: San Vicente Ferrer San Cayetano en los extremos y San Joaquín y Santa Ana en la parte interior, a ambos lados del hueco central. En cuanto a las composiciones más grandes, en la pared de la izquierda se situaría La Visitación, frente a ella El Sueño de San José y en el techo El entierro de Cristo.

Desde el año 2015 y tras algunos estudios hay duda de si realmente son todas aquellas obras del Oratorio de los Condes de Sobradiel obras de Goya, o en cambio podrían serlo del pintor aragonés Diego Gutiérrez Fita.  

Dos cazadores de Goya, boceto para un tapiz


Con lápiz negro y tiza blanca sobre papel azul índigo hizo Goya este boceto para un cartón que luego sería un tapiz, mostrando a un cazador que se marcha de la escena y se lleva a dos perros atados que casi no se ven en este dibujo. La fecha de este dibujo es 1775. Goya todavía no tenía los 30 años de edad.

Es un dibujo preparatorio para posteriormente hacer dos cartones alargados verticales para tapices, que se conocen como Cazador cargando su escopeta y Cazador con sus perros. Este dibujo está en el Museum of Fine Arts, de Boston en los EEUU.

Anunciación. Boceto y Obra de Goya de 1785


Este cuadro de Francisco de Goya que en realidad es un boceto preparatorio para el cuadro definitivo encargado por el duque de Medinaceli para la capilla de los padres capuchinos de San Antonio del Prado de Madrid, se conserva en el Museo of Fine Arts de la ciudad de Boston.

La obra estuvo en la colección del marqués de Casa Torres, después en una particular de Barcelona y también en la colección londinense de Daniel Windenstein, hasta que llegó a los EEUU.

Es un lienzo al óleo de unos 40 centímetros de altura y nos da una visión única del proceso creativo de Goya, con pinceladas rápidas y fluidas que demuestran la técnica rápida utilizada para un estudio preliminar o boceto.

Se hicieron muchos cambios en la versión final: se omitió la imagen de Dios el Padre, y se invirtieron las posiciones de la Virgen y el ángel Gabriel. Los colores frescos y primaverales son característicos del estilo temprano de Goya; sus obras posteriores son mucho más sombrías. 

Este boceto, posiblemente una primera idea, presenta numerosas variantes con respecto a la obra definitiva, bocetos que no se han conservado, y de ahí las notables diferencias a las que ahora nos referimos.

Los cambios entre el boceto y la pintura definitiva se resumen en dos: se ha invertido la posición de los protagonistas y se ha eliminado el grupo celestial que aquí aparece. Este grupo es presidido por Dios Padre a quien rodean unos querubines que vuelan alrededor del Espíritu Santo.

En la imagen inferior vemos el cuadro definitivo de 280 centímetros de altura, una obra grande ya, muy diferente al boceto que veíamos arriba. Es un cuadro muy interesante entre las obras religiosas de Goya. El lienzo tiene la parte superior en curva (que no lo vemos) para adaptarse al retablo y conseguir el efecto de elevación hacia la bóveda de la capilla. El claroscuro da una enorme sensación de espaciosidad. Los dos protagonistas de la escena se elevan sobre la zona baja lo que obliga al espectador y al pintor a mirarlos desde abajo. Está en la actualidad en una colección particular.



6.2.25

Zaragoza, Goya y los locos


En la anterior entrada hablaba de la obra "El corral de los locos" de Francisco de Goya, obra muy similar a esta también de Goya y que tituló "La casa de lo Locos",  mostrando así mismo el Hospital de Nuestra Señora de Gracia de Zaragoza, y sus salas de enfermos mentales.

Muestra la realidad de trato sanitario y social, denigrante y bárbaro, de las personas que ingresaben con problemas psiquiátricos en el hospital y en donde literalmente eran apartado de la vida común, mantenidos en unas salas lúgubres, sin casi luz natural, amontonados y rodeados a veces de personas con peores estados de salud que ellos.

Es un cuadro pequeño para el tipo de cuadros de Goya de la época pues mide 73 centímetros de anchura, pintado al óleo sobre tabla sobre 1808 a 1812.

Esta obra es posterior a la anterior que he comentado, pintada casi 20 años después, y el recuerdo de Goya sobre aquellas salas que visitó ha cambiado algo, mostrando a personas que parecen más teatralizadas, menos enfermas, más "disparatadas". 

Son personajes desnudos, y si prestamos un poco de agudeza visual, veremos al fondo a la derecha dos hombres practicando una acción poco visualizada en obras de Arte.

Hospital de Nuestra Señora de Gracia en 1794. Goya


Francisco de Goya nos deja escrito en una carta que esta escena: "…es asunto que él he presenciado en Zaragoza". Se trataba del Hospital Nuestra Señora de Gracia, el pabellón de los dementes y por ello a este cuadro lo tituló "El Corral de los Locos", que no es el mismo cuadro titulado "La Casa de los Locos" del mismo lugar y que veremos en otro momento. 

Por lo que dice Goya sabemos que presenció la escena, posiblemente visitando a dos miembros de la familia Lucientes allí internados, o —nunca lo sabremos— por causa de sus propias dolencias psiquiátricas; un año antes sufrió uno de los brotes que se repetirán a lo largo de su vida.

La representación de la locura en la pintura tenía una intención moralizante pero a veces también satírica. Goya nos muestra la realidad de un hospital psiquiátrico en el Siglo de las Luces, desnudos peleándose y recibiendo la terapia del castigo, una escena en tinieblas con una luz desde la puerta enrejada que parece arrojar enfermos al patio, y otra luz cenital cegadora que sin embargo mantiene zonas en sombra en las que intuimos más figuras, más enfermos, arrastrándose por el suelo, levantando los brazos o ensimismados en su soliloquio.

La pintura de Goya que vemos es anterior a sus grabados de Los Caprichos pero su composición y claroscuros ya indica una forma de trabajar que se repite en sus grabados. En este cuadro Goya utiliza óleo sobre y en la que por supuesto destacará Francisco de Goya.