Este que vemos es un grabado en madera de unos años posterior a su terrible historia, la toma de la ciudad de Málaga por las tropas de los Reyes Católicos en 1487, que supuso un episodio muy sangriento en la guerra final contra el Reino nazarí de Granada.
El asedio de la ciudad fue uno de los más largos de la Reconquista, duró seis meses y cortó el suministro de alimentos. El hambre crecía tanto en la ciudad que finalmente los habitante recibieron la orden de salir a combatir a campo abierto, para morir peleando antes que de hambre.
La ciudad se rindió el 18 de agosto, entrando los reyes triunfalmente el día siguiente. La población fue castigada a la esclavitud o a pena de muerte por su feroz ataque contra los cristianos en donde la orden era de no dejar heridos. En el asedio a la ciudad, la reina Isabel la Católica sufrió un intento de asesinato que no frutificó.