31.12.24

Apalean los del pueblo del rebuzno a Don Quijote y a Sancho por haber rebuznado este


El pintor Francisco de Goya y el impresor Joaquín Ibarra, ambos aragoneses, estuvieron a punto de unir sus caminos artísticos en una obra excepcional, la edición de El Quijote impulsada en 1780 desde la Real Academia Española, en donde Francisco de Goya debería haber sacado un grabado suyo, realizado pero nunca impreso en aquella edición de Don Quijote.

Aquella nueva impresión del Quijote intentaba competir con el que imprimieron J. y R. Tomson en Inglaterra en 1738 ilustrado por Vanderbank, el mejor Quijote publicado hasta el momento.

Del grabado realizado por José Joaquín Fabregat se conocía alguna impresión fuera del libro, pero hasta el año 2021 no se encontró la plancha que se encontraba en el archivo de la Real Academia de San Fernando junto a miles de ejemplares diversos de grabados antiguos.

En el año 1777 se quiso hacer una nueva edición del Quijote, lo más fiel al libro original y se encargaron diversos grabados, en total 31, para ilustrarlos, de los que finalmente un total de tres se descartaron, y entre ellos estaba este de Goya. 

El motivo parece ser una decisión de la maquetación final del libro, pues solo se publicaron dibujos de capítulos alternos. Goya era en ese momento un artista joven con 32 años y todavía no muy conocido, lo que también tendría su importancia para ser descartado.

Francisco de Goya tituló este grabado con el nombre largo de: "Apalean los del pueblo del rebuzno a Don Quijote y a Sancho por haber rebuznado este" aunque en algunos lugares figura con el nombre corto de: "La aventura del rebuzno".