El artista escultor Gisleberto o Gislebertus fue un ejemplo de bien trabajo escultórico en los primeros años del siglo XII, sobre todo por los trabajos que podemos contemplar en la Catedral de Autun en Francia. Un artista románico que supo crear figuras deformes o surrealistas, para crear composiciones más agradables.
En esta obra vemos arriba el llamado Juicio Final que hizo para la Iglesia de San Lázaro que luego se convirtió en la catedral de la localidad de Autun, en donde su mano personal se nota claramente con algunas deformaciones de aquel románico para encajar simétricamente las figuras, trabajadas en alto relieve, unas esculturas que se consideran de las más famosas obras del Arte medieval.
Entre los detalles más conocidos de la decoración de esta iglesia está Eva que vemos abajo, que estaba en una puerta ya desaparecida mostrando a una Eva pecadora (esta tapada en parte por unos vegetales) y desnuda, mientras era expulsada del Paraíso.
Está considerada la obra escultórica como el mejor desnudo femenino medieval, del románico en Europa.