De esta maravillosa y muy curiosa obra de Francisco de Goya no conocemos casi nada o mucho menos de lo que deberíamos. Formó parte de las Pinturas Negras de Goya pintadas entre 1820 y 1823 en su casa "La quinta del sordo" que estaba junto al río Manzanares en las afueras de Madrid.
Pero en realidad aunque ya estaba enmarcada en esta posición y encuadre, no sabemos si formó parte de una obra mayor o si simplemente era así. Creemos que es posible que se hayan perdido partes de la obra, entre ellos posiblemente unos pájaros que volaban en la escena y que era hacia aquellos a los que dirigía la mirada el perro.
Fueron las Pinturas Negras de Goya un total de catorce obras pintadas directamente sobre la pared seca, no al fresco, utilizando óleo y otros pigmentos y de las que tenemos algunas imagen de su conjunto, pero todo se derribó en el año 1909 no sin antes intentar sacar las pinturas y salvarlas. Goya adquirió la Quinta del Sordo para poder alejarse del bullicio de la ciudad y dedicarse a actividades más bucólicas y personales.
Sabemos que este perro estaba en una pared lateral del salón junto a una escena de brujas, y se encontraba a la derecha de la puerta de entrada a la sala. Ha tenido varios nombre, y en un principio se tituló "Un perro luchando contra la corriente" y ahora se conoce como "Perro semihundido".
El barón Fréderic Émile d’Erlanger, que compró la propiedad de "La Quinta del Sordo" en 1873 (periodo de la imagen que vemos en BN), y decidió despegar todas las obras de los muros y trasladarlas a lienzo, cometido que ejecutó el restaurador del Museo del Prado: Salvador Martínez Cubells.
Fueron las Pinturas Negras de Goya un total de catorce obras pintadas directamente sobre la pared seca, no al fresco, utilizando óleo y otros pigmentos y de las que tenemos algunas imagen de su conjunto, pero todo se derribó en el año 1909 no sin antes intentar sacar las pinturas y salvarlas. Goya adquirió la Quinta del Sordo para poder alejarse del bullicio de la ciudad y dedicarse a actividades más bucólicas y personales.
Sabemos que este perro estaba en una pared lateral del salón junto a una escena de brujas, y se encontraba a la derecha de la puerta de entrada a la sala. Ha tenido varios nombre, y en un principio se tituló "Un perro luchando contra la corriente" y ahora se conoce como "Perro semihundido".
El barón Fréderic Émile d’Erlanger, que compró la propiedad de "La Quinta del Sordo" en 1873 (periodo de la imagen que vemos en BN), y decidió despegar todas las obras de los muros y trasladarlas a lienzo, cometido que ejecutó el restaurador del Museo del Prado: Salvador Martínez Cubells.
Las Pinturas Negras fueron expuestas con escaso reconocimiento en la Exposición Universal de París de 1878, antes de ser legadas definitivamente al Museo del Prado en el año 1881.
Goya pintó todas estas obras en la más estricta privacidad, para sí mismo y como reflejo de sus sentimientos más íntimos, en una edad ya muy alta y cercana a su fallecimiento, mostrando una visión pesimista y fantasmagórica de España, que a esas alturas de su vida se le antojaba una pesadilla. Se cree que debajo existían otras obras de paisajes mucho más coloristas que quedaron tapadas por estas Pinturas Negras.
Goya pintó todas estas obras en la más estricta privacidad, para sí mismo y como reflejo de sus sentimientos más íntimos, en una edad ya muy alta y cercana a su fallecimiento, mostrando una visión pesimista y fantasmagórica de España, que a esas alturas de su vida se le antojaba una pesadilla. Se cree que debajo existían otras obras de paisajes mucho más coloristas que quedaron tapadas por estas Pinturas Negras.
Abajo podemos ver una fotografía realizada en la misma pared de "La Quinta del Sordo" antes de ser despegadas las obras, por el conocido fotógrafo Juan Laurent, que tituló "Cabeza de perro".