Expresionista de su naturaleza vasca, con ruido en sus obras, con colores potentes, autodidacta y con muchas ganas de expresar sus deseos de crear formas.
Desde los años 60 del siglo XX se dedicó a pintar Donostia, algo de Castilla y sobre todo paisajes irreconocibles que figuraban en su imaginación más expresionista, la que sale desde dentro.
Juan Luis Goenaga era un artista casi rupestre en sus trazos, viviendo y creando en el siglo XXI, fue fotógrafo, estudió grabado, y simplemente fue un artista en todo la amplitud que tiene esa palabra para quien lo es.
Rodeado de una familia famosa, siempre quiso ser tímido para poderse meter dentro de su pintura y disfrutar de ella mientras hacía disfrutar a quien le gustara su particular manera de expresarse.
