Todos tenemos claro qué son los pigmentos, a los que a veces llamamos simplemente "colores" y que son efectivamente, los que entregan sus colores a la pintura que necesita ser mezclada con aglutinantes para poder utilizar esos pigmentos y que realmente duren en el tiempo mientras nos entregan "colores".
Hay muchas clases de pigmentos, incluso con la llegada de la industria química, los que podríamos considerar primitivos se fueron muchas veces sustituyendo por otros químicos a los que les mantenían el nombre para poder venderlos mejor. Depende de marcas y un mismo nombre no siempre contiene un mismo producto de pigmento.
Lo cierto es que los pigmentos si no son buenos cambian de color con los años, con la luz o la humedad, incluso con sus colores compañeros de mezcla, etc.
En realidad los pigmentos son partículas sólidas muy finamente molidas y que absorben ciertas longitudes de onda de la luz y reflejan otras, creando así la sensación de color.
Estos polvos se mezclan sin disolverse en un líquido (vehículo aglutinante), como el agua en las acuarelas, el aceite en las pinturas al óleo o en polímeros acrílicos en los colores acrílicos, para formar la pintura que compramos y utilizamos. Estos aglutinantes unen las partículas y las pegan a la superficie en donde se depositan.
Hay pigmentos orgánicos o naturales e inorgánicos que a veces también son naturales pues son minerales que nos ofrece la naturaleza.
Los inorgánicos son muy estables con el tiempo y pueden ir desde los clásicos ocres o tierras a los azules ultramar. Los orgánicos en cambio aunque son más brillantes tienen más dificultad para mantener sus colores y vienen de plantas o de animales como el rojo cochinilla.
Es importante conocer bien los pigmentos, para lograr obras que no cambien de color y se mantengan bien con los años. Entre ellos interactúan en la mezcla y no siempre se logra un resultado teórico que es buscado por ser conocido. Puedes por ejemplo mezclar un amarillo con un azul cían y según sus composiciones obtener muy diversos verdes, aunque a la vista te parezca que no debería ser así.
Por ello es importante que conozcas bien los pigmentos, las marcas, las diferencias entre los colores muy similares pero con apellidos distintos, para dominar bien las mezclas y la estabilidad.
Un amarillo cadmio, un ocre amarillo o un amarillo limón son colores con pigmentos inorgánicos. Un naranja cadmio o el amarillo quinacridona o algunos amarillos dorados son orgánicos. Se pueden mezclar entre ellos y obtener una infinidad de tonos, e incluso es bueno experimentar para por ejemplo lograr colores terrosos que sean brillantes y con mucha luz, pero lo bueno es aprender en pequeños espacios de una obra, para ver los resultados.