Cada artista deja su huella de trabajo artístico en sus obras en forma de textura, de suavidad, en las formas de dar las pinceladas. Hay técnicas difuminadas en las que no vemos para nada las técnicas del uso de los pinceles, y en otras obras la textura es brutal, las pinceladas o las espátulas añaden relieve a la obra.
Hay pinceladas muy visibles como en el puntillismo, y hay trabajos muy suaves con pinceladas difuminadas que además luego se acompañan de capas que todavía difuminan más los trazos, para terminar dardo los detalles por contraste más que por golpe de pincel.
Hay incluso artistas que trabajan los empastes gruesos, los golpes de pasta de color, con grosor que casi produce sombras. Lanzan la pintura contra los lienzos o las tablas buscando el efecto casual y a su vez el relieve.
Para seducir con una obra pictórica que se quiera acercar a la escultura se puede hacer trabajando muy bien las sombras y las luces con pinceladas invisibles que simulan relieves que con la pintura acrílica es mucho más sencillo de hacer que con el óleo. Otros en cambio a sus obras las tratan casi en relieve, para sacar del plano de la base elementos que ya por el grosos de la pincelada quedan en primer plano.
Las obras de Arte no las podemos tocar los espectadores de ellas. O al menos no las debemos tocar incluso siendo los creadores para no dejar nuestras grasas corporales táctiles que pueden cambiar colores. Pero es verdad que algunas obras parecen hechas para ser tocadas.