Este cuadro de un Diego Velázquez joven con unos 19 años pues lo pintó en 1618 lo realizó en Sevilla y en la actualidad se encuentra en la Galería Nacional de Escocia al haberlo comprado Francis Cook en 1955.
De 120 centímetros de ancho nos muestra a una señora mayor friendo huevos en una cazuela y a un joven con un melón o una calabaza bajo sus brazos. Hay una obra del mismo año en el que Velázquez pinta a la misma anciana y algunos de los elementos de este cuadro y que permanece en Londres, titulado "Cristo en casa de Marta y María".
Es un clásico bodegón con figuras titulado "Anciana (o vieja) cocinando huevos", grandes sombras en un casi contundente claroscuro, y piezas de cerámica como si se tratara de un ejercicio de aprendizaje.
La obra da la sensación de mostrar a una mujer con cierta cultura de hogar, de cocina, que está enseñando al joven sus experiencias, su sabiduría ante unos platos sencillos pero a la vez complicados de hacer bien.
Si nos fijamos en las miradas de ambos personajes, nos pueden sorprender para nada, pues ambos miran como al infinito, a ningún lugar concreto, como perdidos.
Sí es curioso el trabajo de Velázquez con los huevos en la cazuela, que se van cuajando poco a poco, y eso sí está muy bien conseguido, logrando que casi veamos en relieve esa sensación de una clara de huevo que cambia desde la transparencia al blanco más opaco.