En tiempos violentos, de guerras o de conflictos larvados, la propaganda e incluso la manipulación está muy atenta a todos lo que sucede.
Este cartel advierte: "Mantén la boca cerrada, que ella no es tonta. Hablar sin pensar cuesta vidas".
Un cartel de la II Guerra Mundial que invadió Londres, advertía a los militares que debían desconfiar de las mujeres fáciles y graciosas, para que no diesen sin darse cuenta pistas de información que pueden ser sin que lo supieran, secretos oficiales.
Este cartel y otros similares fueron duramente criticados en aquellos años por los laboristas británicos por sexistas e inadecuados. A los hombres los trataba de imbéciles y a las mujeres de espías.