22.7.24

¿Cómo era la técnica de pintura "al Fresco"? Húmedo o Seco


Todos hemos escuchado muchas veces leer o hablar del FRESCO como técnica pictórica de la antigüedad, aplicado a paredes, muros, y esa técnica llamada "al fresco" venía simplemente de su forma de dar los materiales pictóricos sobre una base de yeso, cal o estuco que todavía estaba "fresco" sobre la pared.

Veamos los pasos de la técnica de pintura "Al Fresco" que sobre todo se inicio en el Renacimiento, aunque se ha mantenido varios siglos, tanto para interiores como exteriores de iglesias, monasterios, palacios o viviendas particulares.

Arriccio o preparación del muro o de la pared: Se aplica una primera capa de mortero grueso de cal y arena sobre la pared. Esta capa se deja secar completamente y sirve como base para la capa final.

Sinopia o boceto: Sobre el arriccio seco, el artista dibuja el esbozo de la composición con pigmentos de color rojo o marrón. Este dibujo preliminar se llama sinopia.

Intonaco o capa de fresco: Sobre la sinopia se aplica una capa fina de yeso fresco (intonaco), compuesta de cal apagada y arena fina. Esta capa debe ser trabajada y pintada mientras aún está húmeda. Esto es imprescindible.

Pintura sobre el Yeso Húmedo con Pigmentos Naturales: Se utilizaban pigmentos naturales mezclados solo con agua. Los pigmentos se aplican o se aplicaban más bien, directamente sobre el intonaco húmedo. Si esta capa se secara antes de terminar de pintar, ya no serviría de nada el proceso.

Absorción: A medida que el yeso se seca, los pigmentos son absorbidos por la superficie, creando una pintura muy duradera y resistente a la humedad.

Giornate o Jornada: Dado que el yeso fresco debe ser pintado mientras está húmedo, el trabajo se realiza en secciones llamadas giornate (días de trabajo). El artista solo aplica tanto intonaco como pueda pintar en un solo día. Eso supone un reto pues tiene que dejar de pintar al acabar la luz natural en casi todos los casos, y en donde termina un día continuará al siguiente, pero añadiendo un nuevo "intonaco" para poder aplicar color, y eso a veces se nota en las obras terminadas, y se nota los cortes de cada jornada de trabajo.

La técnica de pintura al fresco es muy duradera debido a la absorción de los pigmentos por el yeso húmedo, lo que hace que la pintura se convierta en parte integral de la pared, se cristaliza en el interior de la propia pared, se funde con ella. Los colores suelen quedar brillantes y duraderos, ya que los pigmentos naturales conservan su intensidad y se protegen por la capa de yeso. 

Debido a la necesidad de trabajar mientras el yeso estaba húmedo, los artistas debían trabajar rápidamente y con decisión, lo que permitía imprimir una frescura y vitalidad a las pinturas diferente a la actual. 

No caben mucho los detalles sino los brochazos y dominar la técnica de pintar con arreglo a la distancia a la que se van a ver las obras. 

Si se pintaba sobre paredes ya secas, al integrarse el color con la base, se cuartearía todo y duraría mucho menos tiempo la pintura pues tendería a caerse. 

Tampoco se puede hacer "al fresco" ni en climas muy cálidos pues son pocas horas de una base húmeda ni en climas muy húmedos pues una vez seca la pared la humedad excesiva la estropea en sus capas de yeso. 

Tenemos que entender también que los colores se hacían en el momento, y que tras dejar un fondo a medio pintar, cuando se continuaba al día siguiente se tenía que hacer el mismo tono y color para que no se notara el cambio, por eso a veces el trabajo de preparación era tan importante como la propia pintura.

La Capilla Sixtina de Miguel Ángel o la Última Cena de Leonardo da Vinci, junto a otras obras muy famosas han sido pintadas sobre paredes de yeso, y han ido utilizando técnicas puras de "al fresco", o técnicas mixtas en la medida en la que el óleo o los procedimientos aceitosos fueron utilizándose poco a poco, para dar más opciones a las pinturas, a los detalles, a las técnicas de trabajo.

Las 14 Pinturas Negras de Goya fueron pintadas sobre muros de yeso, pero al óleo y sobre una base seca, pues ya el óleo se cristaliza muy bien sobre un yeso que no tenga que ser húmedo. Eso permite que los pigmentos se mezclen con un aglutinante como la cola animal, el huevo, el aceite o la cal, lo que permite más correcciones, más detalles y trabajar por capas con mayor facilidad. Ya no era necesario trabajar rápidamente con las pinturas, antes de que el yeso se secara.

Arriba vemos un FRESCO de los monasterio de Bucovina en Rumanía (hay varios lugares, a cual más hermoso) realizado entre los siglo XIV y XV, con la técnica FRESCO AL SECO, técnica de pintura utilizada en los monasterios de esa zona.

Primero se preparaba de la superficie del muro, se limpiaba y se alisaba. Antes de aplicar los pigmentos de color, la superficie de las paredes se preparaba con una base o capa de yeso o cal. Los pigmentos se mezclaban con agua y un aglutinante, como cola de animal o yema de huevo. La mezcla se aplicaba sobre la paredes de yeso seco, con pinceles y otros instrumentos. Una vez terminados los frescos, se protegían con una capa de barniz o cera especial para que no se cuartearan con el paso del tiempo.

Nota.: Como se puede comprobar, es un fresco al exterior del monasterio, que ha soportado muy bien el paso de los siglos, y en cambio MUY MAL el paso de los tontos de todo, pues algunos han sido capaces de rayarlos para poner sus nombres de visitantes imbéciles.