23.7.24

Pintura al óleo. Inicios e historias


La pintura al óleo si bien se empezó a utilizar levemente y no siempre con acierto, en algunas obras muy antiguas desde el siglo V, nunca en aquellos siglos era la técnica utilizada, sino para algunos detalles finales. No se dominaba el color al óleo ni se sabía mezclar bien con los aceites correctos.

En el siglo XIV en el norte de Europa, especialmente en los Países Bajos, la técnica al óleo comenzó a desarrollarse más ampliamente. Artistas experimentaron con el uso de aceites como aglutinantes para los pigmentos, encontrando que el aceite de linaza proporcionaba una excelente capacidad de secado y una duradera capa protectora. 

El aceite de oliva por poner un ejemplo no sirve pues no se seca. Y junto al de linaza se experimentaron mezclas con aceite de adormidera o de nogal.

La técnica fue perfeccionada en el siglo XV por los hermanos Hubert y Jan van Eyck. Jan van Eyck es a menudo reconocido como uno de los primeros maestros en el uso de la pintura al óleo. 

Su obra "El Matrimonio Arnolfini" (1434) es un famoso ejemplo del uso temprano de la pintura al óleo. 

A partir de ese sigo XV la técnica se difundió rápidamente por toda Europa, especialmente en Italia, donde fue adoptada y perfeccionada por artistas renombrados como Leonardo da Vinci, Rafael, y Tiziano. El Renacimiento fue un período de gran experimentación y desarrollo técnico en el uso del óleo.

El lento secado del aceite como aglutinante de los colores permite trabajar en la pintura al óleo durante períodos más largos, permitiendo correcciones y detalles finos, capas de color potente y el añadido de colores diluidos para matizar, para hacer transparencias. 

Las pinturas realizadas al óleo son duraderas y resistentes a la humedad una vez secas. Hasta la llegada de la técnica con acrílicos, ha sido la predominante en casi todas las obras de arte.

La obra que vemos arriba es la citada: El Retrato de Giovanni Arnolfini y su esposa, es un cuadro del pintor flamenco Jan van Eyck, fechado en el año 1434 y que representa al rico mercader Giovanni Arnolfini y a su esposa Giovanna Cenami, posiblemente recién casados aunque la mujer estuviera ya embarazada, y que se establecieron y prosperaron en la ciudad de Brujas entre 1420 y 1472. 

En aquellos años la ciudad de Brujas pertenecía al Condado de Flandes, que a su vez estaba bajo el dominio de los Duques de Borgoña que eran franceses.