1.7.24

Fuente del Rey Moro del Alcázar de Sevilla de Sorolla


Una gran obra de Arte puede ser simplemente sensaciones, brochazos sin ningún detalle que con manchas nos diga todo, nos dibuje sobre los propios detalles, la sensación de estar allí y además de estar moviéndose en nuestra presencia las luces, el agua, el aire que rodea el espacio, a través de la sensación mentirosa de que todo se mueve.

Joaquín Sorolla pinto esta obra en el año 1908 y no es un detalle, es una obra completa de 72 centímetros de altura. Es la Fuente del Rey Moro del Alcázar de Sevilla. Hizo aquel año tres cuadros muy parecidos de esta misma fuente que le atrapó en su conjunto.

Sus reflejos del agua, sus colores de la pequeña escultura, su ambiente que la envuelve, sus tonos cálidos y fríos que encajan tan bien los unos con los otros. Estamos viendo como un espejo en el agua, que quiere reflejar distorsionando todo el paisaje, todo el conjunto. El resto no importa, no necesita detalles.