8.7.24

El paisaje en la pintura, para ambientar historias


En la historia de la pintura como forma artística de transmisión de ideas, el paisaje tardó en llegar. Primero en casi todas las culturas históricas se empezó por los signos, por esquematizar el mensaje, incluso por presentar  en las obras solo aquello que interesa remarcar. Si nos fijamos sobre todo en las pinturas orientales más antiguas, vemos a personas, textos, escenas pero sin casi paisaje.

Pero poco a poco se quiso hacer más creíble lo que se contaba. Se avanzó en crear escenas completas de alegorías, de historias sagradas o filosóficas, y como se deseaba que fueran creíbles, se pensó que nada mejor que añadirles paisajes.

Contaran lo que contaran, de historias más o menos mitológicas, si se les acompañaba de montes, árboles, prados verdes, arbustos con flores, todo el conjunto era mucho más creíble. Aquellos que nos relataban en los cuadros había sucedido. No era una mera explicación bocetada.

Si al paisaje se le adornaba de una cierta forma poética, de ambientes cálidos, agradables, que apeteciera ver y disfrutar, todo el conjunto se transformaba en algo bonito, aunque estuviera contando el asesinato de unos hijos a su padre. Era mucho más sencillo de tragar.

Diríamos que ya en aquellos siglos se intentaba meter publicidad a las escenas, para lograr unos objetivos del espectador de las obras de Arte. Unos cielos hermosos y naturales en un formato rectangular en horizontal ayudaban y mucho, a entender todo como una ventana al mundo, como una realidad.

La obra que vemos arriba es "El rapto de Europa" del artista Martín (Marten) de Vos, pintada en 1570 y 1575 al óleo sobre madera de roble. Fue un pintor flamenco, de los Países Bajos cuando estos eran españoles.