El concepto de agradar, más en estos tiempos duros y ásperos, es de agradecer. Esta persiana decorada de la ciudad de Valencia es mucho más que una simple persiana de una tienda, es además de un ejemplo decorativo de una calle cualquiera, el trabajo que busca agradar y motivar.
Un detalle de amor, de gratitud, de compañerismo.
Pero no quiero dejar de señalar el detalle del número de firmas distintas que hay puestas a la derecha de la persiana. Son 14 grafiteros que han respetado el dibujo original, pero no quieren dejar de firmar pues lo deben llevar en la sangre. Firman en pequeñito, pero firman sin estropear el original. Algo es algo.
Está en la sustancia inicial y vital de los grafiteros.
Nota.: La fotografía es de Laura Puente