El artista valenciano Joaquín Sorolla pintó esta obra en el año 1907 de algo más de un metro de anchura, reflejando un otoño en El Pardo de Madrid, en la zona de La Granja de San Ildefonso, en un tiempo en que estuvo allí para poder pintar a los Reyes de España. Sorolla tenía 44 años de edad y estaba en plenitud de sus obras pictóricas al óleo.
Aquellos paisajes le abrieron la idea de seguir pintando paisajes, rincones naturales que con sus colores atraparon a Sorolla con sus luces y contrastes. El Otoño es fabuloso para creer que el color es capaz por sí solo de crear contrastes imposibles de ver en otras épocas del año.