El arte de las gárgolas es otro elemento urbano que a veces nos sorprende, pero que casi siempre contienen historias o miradas de los tiempos en los que se construye generalmente un gran edificio, sea religioso o civil.
Una gárgola no es más que un sistema para evacuar las aguas de las lluvias desde los tejados a la calle, el final de un caño que servía para quitar las aguas. Y que se utilizaba para decorar los edificios, y para contar historias. A veces vemos fantasmas, santos o incluso los arquitectos de la obra o personajes de la localidad.
En este caso, en Valencia, vemos a un hombre barbudo que sale de la boca de un gran pez. Seguro que tiene detrás una historia, que yo no me atrevo a imaginar. Pero resulta atractiva.