De Almería todos conocemos el indalo clásico que se ha ido haciendo famoso por media España, un icono mezcla de hombre y cazador, u hombre que intenta cazar o llegar al sol, creado entre el Neolítico y la Edad del Cobre. Pero en la cueva de los Letreros hay mucho más que esa figura, algunas muy conocidas en Almería y menos en el resto del mundo.
En la Cueva de los Letreros en Vélez Blanco hay una serie de pinturas rojas ya algo difuminadas y que se ven algo peor que en estas imágenes retocadas para reforzar el color, en donde podemos ver a chamanes, brujos, representaciones de aquellas religiones ancestrales, que sustentaban las creencias de aquellas personas en su vida eterna o no, en su vida del día a día. Autoridades de aquellos tiempos.
El Brujo de Almería (entre 3.500 y 6.500 años de edad) , con dos hoces, una en cada mano, y unos tocados largos en la cabeza (o la cabeza de una cabra con sus cuernos puesta sobre la suya a modo de tocado) da la sensación de ser el curandero del grupo de aquella incipiente sociedad, un adivino, un sabio religioso que guía a sus gentes. Un simple intermediario entre los Dioses y las gentes de la zona. Literalmente "el que sabía de todo".
Algunos dicen que de la cabeza la salen no ornamentos sino unos grandes cuernos, otros apuntan a que no es un Brujo sino una representación del demonio. Un macho cabrío que tiene poder de hacer sacrificios a los dioses de entonces, pues para eso parece llevar en la punta de la hoz un corazón. ¿Sería humano?