Estamos viendo tres obras de arte que publica El País en un artículo sobre la Feria de Arte o 35 Bienal de Arte de Sâo Paulo. La primera es del artista de Brasil Rubem Valentim, la segunda de Ibrahim Mahama de Ghana y la tercera del norteamericano Daniel Lie.
Los tres artistas son de países distintos, pero sus obras tiene algo en común dentro de su tremenda diferencia. Es el tamaño. Tremendo tamaño que nos lleva a preguntarnos para quien y para qué son estas obras.
Como es fácil, la respuesta no puede ser para un despacho, para un salón, para el dormitorio. Y tampoco para exponer como Arte Urbano pues se deterioran las obras no construidas para esa función.
Es posible que el Arte se esté encaminando a la grandiosidad de espacios, a lo efímero, a los almacenes, hacia los museos, hacia impresionar por su tamaño.
Sería tanto como empezar a pensar si en vez de hablar con el Arte, estamos ahora gritando. Ampliamos el tamaño para que se nos vea más.