Siempre es posible construir un altar de poesía, salpicado de expresiones que nos refuercen, nos retraten, nos reflejen con nuestras palabras y entregarlas a los demás.
Lo podemos hacer en nuestro despacho o en nuestra mente recordando una frase que nos defina el camino.
Este pequeño altar de poesía estaba en una librería de Cambrils, Tarragona, la “Librería Isabel de Bellart" que en su entrada pero casi desapercibida, entre una decoración maravillosa, había colocado esta maravilla para entrar pensando.
Hay librerías que simplemente encantan al entran, te atrapan, te obligan a comprar sin querer. Esta era una de ellas. Aunque era bello entrar a comprar pues sentías que no era posible salir sin un libro, tuvo que cerrar.