Nos encerramos casi siempre dentro de la oscuridad.
Nos quedamos dentro para seguir dentro y no querer asomarnos.
Fuera siempre hace mucho más frío que dentro.
Pero tenemos que salir, es inevitable pues la vida se compone de esos momentos de salida, de estar fuera construyendo y moviendo hilos.
No, no, que no, que no quiero abrir la puerta.
Pues haz lo que te de la gana.