Todas las roturas crean formas poéticas, sin palabras, sin sonidos, solo son formas calladas, como si fueran escrituras aleatorias que podemos intentar escuchar.
En estas todavía resuenan los gritos de dolor.
Parece una locura y es que posiblemente… sea todavía una locura.
Parece una locura y es que posiblemente… sea todavía una locura.
Estos trozos de todo y de nada están en las playas de Normandía como testigos muertos de una barbaridad europea.
No fue la última.