Hay que tener mucho cuidado con las serpientes muy largas que anidan por las calles de New York, escondidas en los rincones de las esquinas oscuras. Pegadas a la pared.
Te pueden chupar el cuello y producirte un poco de placer.
Posiblemente dure unos segundos, pero enseguida sube el veneno y te quedas paralizado. Ya nunca desearás irte de New York.
Por las calles, todas las serpientes que te encuentras con ganas de chuparte el cuelo a la primera de cambio, son negras.
Por las calles, todas las serpientes que te encuentras con ganas de chuparte el cuelo a la primera de cambio, son negras.
Se las distingue por el color y por la lengua oscura.
No te fíes de ellas, que te atrapan.