No todas las flores son hermosas o no totalmente hermosas siempre. Como nosotros, van pasando los días y la belleza se va agostando. En ellas es cuestión de días, en nosotros de años.
Las flores conservan esa originalidad que sorprende y gran parte del color, pasa el tiempo y se arrugan, también como nosotros, pero ellas tampoco quieren y cada día se extienden para disimular como si el tiempo no pasara.
La gran diferencia es que ellas no saben de qué manera van a acabar en breve. Nosotros sí lo sabemos. Esa capacidad es humana, los animales no saben que van a morir. Las plantas todavía menos.