De cada planta, por diminuta que nos parezca, de cada idea por pequeña que creamos que es, salen nuevas iniciativas de vida, semillas que van volando a otras tierras en donde empezar a crecer.
Nada se pierde, incluso lo malo tiende a multiplicarse. las hierbas malas también tienen semillas. Y no hay otra, o se hace una poda, o se limpia el campo de hierbas inútiles, o se nos llenará poco a poco de esa incapacidad de lo que no sirve más que para pintar de verde los campos.