Entre las luces de cualquier techo viven las arañas, las notemos o no las notemos. Ellas fabrican sus estancias entre nosotros y se vuelven tímidas pues saben que las odiamos.
Hacen sus calles y caminos con baba y eso las delata. Por eso hacen fino el recorrido, muchas veces para poderse mover más rápido si tienen que huir.
Las arañas de nuestras viviendas se esconden de nosotros. Como las hormigas o las cucarachas.
Y esos son los animales que vemos, luego hay otros, miles de otros mucho más diminutos, que como no los vemos, ni nos preocupan.
Ojos que no ven, bichos que viven en paz entre nosotros.