Una de las miradas más impresionantes de la ciudad de New York son sus reflejos, son numerosas multiplicaciones que se mueven a poco que te muevas tu y tu mirada. Son como esculturas reflejadas que van cambiando deforma y color según te vas moviendo levemente.
El urbanismo de New York impresiona por sus múltiples opciones. Sus barrios son totalmente diferentes a poco que tengas tiempo para poderlos visitar. Sin miedo, despacio, paseando y andando tras llegar en Metro. New York no es una ciudad para una semana, para eso no sirve pues ves a lo sumo lo mismo que puedes observar en un Canal de Viajar en la televisión.
New York es para ir a los mismos sitios varias veces con distintos horarios. Y observar los cambios, y entrar en los locales, y simplemente mirar a sus gentes, e intentar fotografiarlas sin molestar.
Como casi todas las ciudades grandes, no hay un solo New York sino casi infinitos pues con los meses se multiplican cambiando. Y porque cada rincón, cada local o incluso cada persona, puede ser una historia.