Las texturas naturales, lo que vemos pero no siempre asimilamos a la primera vista, es un tema recurrente en mi recorrido fotográfico.
Las cosas existen pero no siempre detectamos que existen. O dicho de otra manera. Las cosas más habituales pueden parecer otra cosa.
Esta piel de melón, tan melón como yo, resulta bonita una vez que nos acercamos a ella. La vemos desde otra óptica y a poco que quisiéramos podría pasar por un paisaje extraño. Se trata de ponerle ilusión e imaginación.