No sé qué soy. Tú… tampoco. Pero sigue disimulando, yo también lo hago.
Es posible que estemos de paso, o al menos eso es lo que hemos ido viendo en estas décadas pasadas.
Un tiempo aquí, entre todos nosotros, los contemporáneos, pero sin saber bien ni para qué ni por qué.
No hay que preguntárselo mucho, no tenemos respuesta y no merece la ocasión insistir.
Hoy tengo un vino blanco un poquito especial. Para celebrar que no sé si soy un madero, un mendrugo o un trozo de carne bien diseñado.
¿Una copita?