Asomarse a los lugares nuevos es inevitable. Asomarse ante la novedad es el mínimo ejercicio humano que debemos hacer.
Somos curiosos y eso nos sirve para avanzar, para conquistar nuevas ideas.
Miremos, sin dudas, miremos y averigüemos qué se esconde detrás de todo lo que vemos.
Pero si hacemos de cotillas, seamos amables, pongamos sonrisas y humanidad. Es el mínimo precio a pagar por ver, observar e incluso copiar.