El ambiente de una mesa de un despacho habla por su responsable. Forma un espacio teatral que también envuelve a las personas y a sus trabajos. En este despacho se escribe de una manera diferente a otros despachos. El ambiente afecta, seguro.
Realmente es falso, o dicho mejor, es real pero montado para la ocasión, para simular un tiempo. Y esa manera de volver hacia atrás es también Arte, pues es una sensación, es un convertirnos a nosotros en espectadores que viajamos no tanto en la distancia como en el tiempo.
Pero lo cierto es que casi todo es real. Los libros, las pieles que servían de asiento sobre la mesa, la silla de piel, el candelabro, la pluma y el tintero. Parece una mesa dispuesta a recibir un poema o una sentencia, curiosamente ejercicios bien distantes el uno del otro.
Incluso la iluminación fría ayuda a imaginar un pasado solitario, vacío, lento, calmado y duro.
Pero…: ¿Qué pintan esas cuatro flores secas y rosas en las bocas del candelabro? Tal vez un exceso para dar color al escenario.