En Barcelona hay maravillas para observar con calma. Se puede decir de la Sagrada Familia, pero también de otra docena de espacios singulares.
Es el modernismo, es los colores y las formas vegetales, es la piedra y la luz.
No es casualidad que Barcelona fuera la ciudad del diseño, de las artes gráficas, del Arte en general.
Hoy tiene algunas heridas que sanarán, pero sigue siendo una ciudad espléndida para perderse.