Tener en la puerta de tu casa media docena de estas flores es un lujo temporal que obliga a que todos los vecinos transeúntes que pasen delante de tu casa en Anzánigo (Huesca) se queden mirando, como poco, tu fachada.
El polen que sueltan estas flores es de un amarillo tan vivo que al caer deja huella porque además de ser grueso, no se mantiene mucho en los estambres de la flor.
A veces la naturaleza además de asombrar nos deja a los seres humanos inventores, a la altura de la nada.