Esta imagen nos muestra una obra de Francisco de Zurbarán sobre 1645 representando a la Virgen del Rosario. Una bella imagen de la escuela barroca sevillana. Pero vamos a comentar un poco levemente algo sobre el color, los colores de las obras de Arte y su influencia en nuestra percepción.
Arriba vemos la imagen tal y como nos la dejó Zurbarán hace 370 años. Y en las dos de abajo hemos modificado el color de alguna ropa de la virgen, unas pequeñas muestras de color para ver cómo nos cambia la percepción. O como NO nos cambia.
El color es el que ofrece una riqueza mayor a las obras pictóricas. Recordando siempre que el banco y el negro son también dos colores de nuestra paleta posible.
El artista tiene que elegir. En estos casos, pintura religiosa inventada, no existe modelo (más o menos) quien pinta decide qué colores le van mejor a la obra según varios elementos que le sirven para tomar la decisión. El fondo, el contexto, lo que desea matizar o destacar, los complementarios, si desea destacar una zona o al contrario desea que pase desapercibida para remarcar otras, etc.
Lo curioso es que en muchos de estos casos no habría consenso si preguntáramos. Es posible que cada uno de nosotros como espectadores, elegiríamos como mejor una opción u otra. Incluso es posible que cambiásemos de opinión según el día en el que nos encontramos.
He jugado con una pequeña trampa. El original de Zurbarán mantiene los dos colores de las ropas de la Virgen en la misma gama de colores, y los dos ejemplos que pongo debajo se mueven en gamas distintas, lo que represente que no nos guste tanto y nos resulte más chabacano. La obra original no desea que te fijes tanto en las ropas como en la propia imagen de la Virgen y del Niño.