Durante los años más duros de la Dictadura del General y sus amigos, se practicó en España un Catolicismo de Escuela y obligación, con numerosos cantos, fiestas y ejercicios hacia los niños, dedicados a ser sin duda conocedores de lo que era la liturgia y sus mensajes. No todos eran negativos, o al revés, muchos de ellos eran humanismo puro, pero desde las doctrinas católicas (que no Cristianas) y además impedían otras opciones de acercarse a la religión plural.
Ante la Primera Comunión era obligatorio llevar unos pequeños libros de nácar que eran devocionarios con lemas, rezos, estampas, consejos, etc. De uno de ellos es este grabado, Arte Religioso, con tres niños acercándose a la Sagrada Familia, que se encuentra debajo de la frase: "Y la palabra se hizo carne y habitó entre nosotros".