Los signos que van dejando personas como nosotros por las calles de nuestros entornos, por las fachadas y puertas, son signos de nuestras culturas y nuestros tiempos, en el mejor sentido de la palabra Cultura.
No nos tiene que asustar ni preocupar en exceso, pues no debemos pretender tener las calles como si fueran espacios recién estrenados.
Si se ensucian, simplemente hay que limpiarlas.
Ya los romanos y los griegos hacían pintadas de palabras y signos en sus calles. Y si dos mil años después seguimos con lo mismo… no nos debe preocupar.
También seguimos como entonces, matándonos y destrozando nuestras vidas por problemas que se podrían resolver hablando y negociando.
Somos animales a los que hemos decidido aplicarnos el apellido de humanos, como si eso fuera garantía de algo bueno.