Pararnos por un momento a contemplar estos nueva clavos remachados en una puerta puede producir extrañeza en quien circula a tu lado. Si además intentas fotografiarlos produce la sensación de que eres tontito. Pero la escena cercana, la de los clavos, bien vale unos instantes de atención. Al menos para mí. Y para ellos, y su compañera la puerta.
10.11.22
Una puerta con nueve clavos… o más
Pararnos por un momento a contemplar estos nueva clavos remachados en una puerta puede producir extrañeza en quien circula a tu lado. Si además intentas fotografiarlos produce la sensación de que eres tontito. Pero la escena cercana, la de los clavos, bien vale unos instantes de atención. Al menos para mí. Y para ellos, y su compañera la puerta.