El papel del fotógrafo periodista es a veces complicado en lo personal. ¿Qué hago ante una situación dramática? ¿La muestro o me la callo? La peor decisión en esos instantes es no tomar decisiones. No hacer fotografías.
Luego ya en el tiempo de reposo se puede analizar qué es mejor mostrar, qué se debe dar a la sociedad, pero de momento, en el momento, la obligación del fotógrafo por ser fotógrafo es cumplir con su trabajo.
Eso no quiere decir que debe dejar de lado otras obligaciones, como podría ser ayudar a las víctimas, a las personas. Pero todo profesional lo sabe y es capaz además de realizar todo a la vez.
Cuando ya en tu habitación, te toca la complicada misión de seleccionar, de decidir qué hacer, qué decisión tomar.
Nadie dispara una sola fotografía, aunque en verdad solo veamos una de ella, la que el profesional ha decidido. Las demás quedan en su archivo, en su recuerdo.
Así que aunque veamos fotos muy dramáticas, muy duras, debemos entender que a veces, hay otras mucho más duras que no se están mostrando.
La responsabilidad del profesional es también no mostrar dolor vacío, incluso a veces asqueroso, y buscar una mirada respetuosa con las personas que sufren o han sufrido, pues para mostrar el dolor o el horro, no todo vale.