Cuando Antoni Gaudí imaginó la Sagrada Familia para Barcelona debió pensar en un Jardín artístico, tal vez en el Paraíso Terrenal en donde se mezclara la religión con la piedra, imaginando un edificio vegetal y duradero para albergar a fieles eternamente. Cambiando unos por otros con el paso del tiempo, eso sin duda.
En arquitectura los experimentos artísticos salen muy caros y por eso hay que ser muy bueno y estar muy seguro de la idea. Y proyectarla muy bien antes de empezar a encargar materiales.
El Arte creado desde la arquitectura dura muchos años y siempre marca un antes y un después en la zona sobre la que se asienta.
La Sagrada Familia es una Catedral, una iglesia, un templo religioso, pero es también un parque lleno de vegetales de piedra que alternan con las figuras religiosas.
Y eso convierte en único al edificio, en muy bello, e incluso en tremendamente útil vistas las visitas de cada día, aunque no puedan quedarse mucho para disfrutar de sus palmeras interiores y de sus frutas exteriores.