Llenar de color un espacio no es pintar, que también, es sobre todo cambiar la luz, dejar texturas, mostrar relieves, abandonar la nada y el blanco vacío.
Prueba a elegir un color, rodéate de esos tonos, comprueba que te van cambiando las maneras de ver lo que te rodea por dentro.
El color sí importa.
Y las texturas más todavía.