Esta cerámica pintada y encontrada en la ciudad de Nayarit en la zona del actual Jalisco y con una temporalidad entre los 300 a.C. y los 300 d.C. muestra a una mujer con la cabeza alargada por el efecto de collares como en algunas culturas africanas, ejercicio que se practicaba en la adolescencia posiblemente para remarcar su belleza personal o su estatus dentro de sus grupos sociales.
Podemos observar también el trabajo en las orejas, similar al que actualmente hacer algunos jóvenes occidentales de ambos sexos.