Desde la localidad de oscense de Susín en el Serrablo me remite Luis Iribarren esta bella imagen de un rincón sugerente, que desde dentro quiere mirar fuera pero sin salirse del marco, desde su zona de confort.
Podría ser un ejemplo de cada uno de nosotros, que preferimos mandar al botijo, al jarrón, para que vea el panorama y nosotros, calmados y tranquilos, poder seguir observando pero con el —que nos creemos— sano ejercicio, seguir criticando todo lo que en realidad ve el botijo o el jarrón de flores.
Nos cuentan lo que hay fuera, pero no queremos salir a rectificar o a disfrutar, preferimos seguir opinando desde el hogar, junto al fuego de los tranquilos y a veces de los cobardicas. Son modas.