Esta obra que vemos arriba, del valenciano Vicente Requena "El Joven" posiblemente de finales del siglo XVI representa La Trinidad en un óleo sobre tabla con una configuración de los tres personajes que respira tranquilidad y poder. Esta obra que estaba en el convento de Santo Domingo de Valencia permite explicar a los feligreses toda una iconografía religiosa compleja.
Vemos a Dios con una vara de mando, a Jesucristo con la Cruz y al Espíritu Santo como una paloma que adelanta las patitas como para frenar ante la escena, para posarse.
Dominan el Mundo o en realidad es como si dominaran "Los Mundos" mientras que la paloma viene desde el fondo, el todo, el Universo infinito, el Cielo, a una reunión de trabajo. Dios es un hombre mayor, Jesús es joven para marcar las distancias entre Padre e Hijo, y el Espíritu Santo es lo inmaterial, algo bueno que viene del aire, uno de los Tres dioses, o incluso según algunos "El único Dios".
Abajo podemos ver otra Trinidad, pero en esta caso está compuesta de tres personas iguales, tres dioses en igualdad de forma. Es la Santísima Trinidad del artista ruso Andrei Rubliov, de principios del siglo XV que algunos sin duda reconocen como la Trinidad y otros como los tres Ángeles que fueron a visitar a Abraham.
La Trinidad, "Los Tres" o como seamos capaz de intentar entender o creer, son una constante a la hora de hacer milagros, de crear poder religioso o de gobierno, el mínimo número impar después de UNO.