Los irracionales no tienen caos, así que cabe concluir que el caos es positivo, pues señala a los racionales como sus responsables directos. Las hormigas, las avejas, las flores no producen caos. Las personas sí producimos caos.
Esto nos lleva a la conclusión de que el caos es positivo, es bueno, es señal de inteligencia supina. Cuando mas caos, más calidad humana, más separaciones de los animales vamos logrando.
El futuro es el caos, bien organizado, diseñado para que resulte agradable vivier dentro y alrededor del caos. Sería fabuloso… ¿no?