La fotografía histórica es una asignatura pendiente de todos nosotros, para conocerla y recopilarla, para archivarla digitalmente con gran calidad, para documentar todos los datos que de cada una de ellas se pueden extraer, analizar qué representan, en qué fecha se hicieron o se imprimieron, quien fue el fotógrafo o el diseñador, etc.
Hoy sabemos que con la fotografía histórica podemos completar lagunas de nuestras historias, pero sobre todo podemos conocer mejor los tiempos pasados. Lo sabemos, pero no lo valoramos.
Y además a la fotografía histórica guardada en cajones mal conservados, le quedan pocos años de vida.
Es efímera si no se cuida, pues sus componentes químicos sobre todo en sus décadas iniciales, sufren mucho con el paso del tiempo y sobre todo con la mala conservación.
Sigo observando centenares de imágenes ya digitalizadas, que no tienen la calidad mínima requerida para ser conservadas entre los datos históricos válidos. Durante muchos años los escáner planos eran de mala calidad, muy pocas personas éramos profesionales de la digitalización, y en gran medida seguimos en ese punto.
No, yo ya personalmente no, por edad. La imparable edad, que camina conjuntamente con la de los negativos y diapositivas viejunas. Fueron varias décadas digitalizando, pero ahora solo toca quejarme.
No sirve una digitalización de menos de 30 megas de tamaño, no sirve hecha con un escáner malo o con unos retoques sin profesionalidad. Es verdad que eso sí sirve para uso personal, pero no estoy hablando de eso, sino de archivos oficiales o de incluso personas que a título privado cuelgan imágenes sin enfocar, torcidas, muy comprimidas en jpeg inservibles, etc.
Pueden hacer lo que ellos libremente consideren, pero es perder el tiempo —que si bien personalmente es admisible y bastante hace cada persona— de forma oficial, a través de estamentos oficiales, algo hay que cambiar y tomarse con más ganas.
Cualquier Gobierno Local o Autonómico debería tener ya un archivo de imágenes históricas, digitalizaciones de negativos públicos o de su pertenencia, que fueran sirviendo para los historiadores dar cuenta de los tiempos históricos que hemos ido trazando.
Y esto debe hacer de forma urgente, al menos la digitalización y archivo, pues los años corren rápido para ir pendiendo ejemplares de todo tipo, incluidos impresos antiguos, cartelería, folletos, publicidades, entradas y material diverso, que estoy seguro, dentro de unos años servirían para mostrar al mundo de ese tiempo cómo éramos.
La imagen que vemos arriba es de la liberación del campo de exterminio de Mauthausen en donde murieron miles de españoles. El valor no es la imagen en sí, sino el negativo de donde se ha sacado, pues estoy seguro que daría mucho más si se supiera o pudiera digitalizar profesionalmente.