El urbanismo de guerra, sobre todo el urbanismo posterior a una guerra también puede tener algunas concesiones al arte, al deseo de NO tapar pero mostrar con delicadeza y un toque ligero de humor la realidad de las violencias contra las personas y las cosas, a veces por tonterías de dirigentes concretos.
Esta imagen es de Francia, daría igual la ciudad, incluso daría igual si los disparos contra este edificio que era el Parlamento los hicieron los alemanes o los aliados, unos u otros para intentar conquistar posiciones.
Con los años las violencias de las guerra nos dan una importancia difuminada, ya no importa tanto quién, sino el por qué. Esos disparos han quedado porque fueron contra una pared de piedra, pero los que iban destinados contra la piel de las personas, esos ya nunca han quedado.
Lo triste es que muchas veces las guerras duran mucho más de lo que deberían, pues los finales se adivinan mientras siguen cayendo personas muertas para nada.