Primero fueron los Reyes Magos, y ya a partir de entonces todo han sido desilusiones. Ahora me dicen que el dinero no existe, que son los padres. Pero a mi edad, yo ya soy huérfano. Es verdad que cuando empecé a trabajar me pagaban todas las semanas en un sobre en donde metían billetes. Y que ahora lo que me meten son números en una pantalla de ordenador o de la calle.
Que parezca lo mismo no quiere decir que sea lo mismo.