Cuando nos ensimismamos no sabemos si estamos dentro o fuera.
Cuando nos encerramos dentro de nosotros, es posible que nos adentremos.
Cuando dejamos de estar aquí, no sabemos bien a dónde nos vamos.
Cuando cerramos los ojos, dejamos de ver lo de fuera, para ver solo lo de dentro.
Cuando dejamos de creer que estamos, es que nos hemos ido.
Hay veces en las que sonreímos aquí, desde dentro, sin darnos cuenta de que nos están viendo desde fuera.