El trabajo artístico de los niños, lo que a edades muy tempranas llamamos trabajos manuales y que ya van reflejando sus modos de ver los elementos que les rodean, de esquematizarlos, y sobre todo de conocer materiales que les sirvan para expresarse, son auténticas maravillas.
En un colegio de Zaragoza los profesores les entregaron a los niños pequeños unas palomas en papel, recortadas, simples siluetas de esas teóricas palomas. Y lo primero que hicieron cada uno de ellos es mojarse las manos en pintura blanca y plasmar su huella en cada silueta de la paloma. Un primer paso para ver en qué posición pone cada niño su mano en relación al espacio que supone la silueta de la paloma.
Y a continuación y como la paloma estaba de perfil en la silueta pues se encontraba volando y en esa posición a una ave solo se le puede ver un ojo, el pico y la boca, se les introdujo en el ejercicio de que dibujaran el ojo, la boca y pegaran un "gomet" con el pico. Un ejercicio simple, curioso, fácil, pero altamente interesante.
Os dejo el resultado de uno de ellos. Ni el más curioso ni el más acertado con la realidad. pero pensemos por un momento… ¿cuánta distancia hay entre este ejercicio y las obras de Joan Miró, el que por cierto sabía dibujar muy bien, como se demuestra en sus primeras obras dibujadas o pintadas de joven?